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GABRIEL DE SANTIAGO.

Me inicié en el atletismo debido al divorcio de mis padres cuando tenía 8 años, mi madre la profesora Irma Fernández Reyes me llevó con una psicóloga para ver de que manera podría hacer que no me afectara tanto esta situación y optó por meterme al atletismo, también para que liberara un poco de energía ya que soy sietemesino.

Así el 20 de noviembre de 1980 me inscribió en una carrera que patrocinaba la compañía Nestlé y su chocolate MILO, la categoría más chica era la de 10 a 12 y yo tenía 8 años, aún así logré quedar en 3er lugar, así seguí corriendo en carreras en calle, a la edad de 10 años empecé también a correr en pista alternando con carreras de calle, a la edad de 16 años quedé campeón nacional en los juegos escolares infantiles y juveniles que se realizaron en la pista Heriberto Jara de Xalapa, Veracruz en el año de 1988.

En la actualidad sigo compitiendo al máximo nivel ya ahora en la categoría máster en donde gracias a Dios he quedado en varias ocasiones campeón nacional, también quede campeón centroamericano en el 2013 en la ciudad de Managua, Nicaragua en donde logré 4 medallas de oro y 1 de plata en las pruebas de Decatlón, Salto Triple, 4 x 100, 4 x 400 y salto de altura; en 2014 participé en los juegos Norceca máster en la ciudad de San José, Costa Rica en donde logre 2 medallas de plata y 2 de bronce, también he sido campeón nacional de los juegos de seguridad publica, a nivel estatal tengo el honor y el récord de 19 mini olimpiadas que ha organizado la secretaría de seguridad pública he obtenido 16 veces el Primer lugar en una de mis pruebas favoritas los 400 metros planos.

El 20 de noviembre pasado cumplí 40 años dentro del atletismo en donde he vivido muchas alegrías y lo mejor, la satisfacción de tener muchísimos amigos, como anécdota puedo decir que en el 2019 llegó a entrenar conmigo nuestra gran amiga Odi Udi junto con Gisela Villagómez y dieron la nota alta en el maratón de Aguascalientes ya que Odi Udi quedo en 2do lugar y Gisela en 10mo dejándome un grato sabor de boca como entrenador.

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FERNANDO CORR

Mi Nombre es Fernando Corr soy maratonista recreativo.

Con marca de 3:00:48 en el maratón LALA 2020. Clasificado al maratón de Boston 2 veces.

Desde niño he sido deportista, empecé en la especialidad de natación desde los 6 años, esto me fue llevando mi niñez y juventud a recorrer diversos eventos competitivos desde campeonatos nacionales, Inter tecnológicos, olimpiada nacional, así como Universiada Nacional, la natación me abrió muchas puertas, como fue el apoyo que recibí por parte de la escuela ITESBA y el Lic. Jorge Flores Valdés para estudiar la preparatoria, como la universidad en el Tecnológico de Celaya por parte del entrenador Juan Carlos Ramírez.

Después de terminar la carrera universitaria, deje la natación para dedicarme hacer prácticas profesionales y después a laborar en una empresa de manufactura, me volví sedentario durante aproximadamente 10 años, a lo que un 31 de diciembre del 2013 tome la decisión como propósito de año nuevo regresar al deporte, en este caso al Triatlón, que lo llegue también a practicar cuando nadaba, compré todo lo que necesitaba y me integré al equipo de mi amigo Paulino Campos que era nuestro entrenador, realicé en el 2014 varios eventos de triatlón pero a raíz de que hice el 21k de León-Comanja, me empezó a llamar atención el fondismo.

Que me tiro al pez gordo y me inscribo nada más y nada menos que al maratón Ciudad de México 2015 (mal maratón para debutar por su complejidad) ¿y por qué este maratón para debutar?

Desde niño voy a Ciudad de México a ver a mi familia y un día que fui de paseo al Zócalo vi que se iba correr el maratón, las calles arregladas, la línea de meta, y se me vino a la mente “si algún día hago un maratón, quiero que sea aquí”.

Pues empecé con mi entrenamiento, decidí que yo sería mi propio entrenador, no tenía ni idea de cómo entrenar para un maratón , pero sí tenía más o menos idea de cómo planear micros, macros y mesociclos que me había enseñado mi coach Paulino, así que a lo poco que sabía me auto-entrené, hice mis fondos, repeticiones etc., mi plan de maratón era por los ritmos que hacía en los entrenamientos correr debajo de 3 horas con 30 minutos.

Se llegó el día del Maratón Ciudad de México 2015, fue el día que daban de medalla la letra “X”.

Un día antes no dormí muy bien de los nervios y leyendo tantos artículos de internet sobre que hay que hacer o que no en la preparación un día antes del maratón (grave error, nunca hagan esto y menos de gente en redes sociales o páginas de internet que se dicen ser influencers) me hice bolas y cometí errores en mi alimentación e hidratación.

Llegó la hora de salida enfrente del Palacio de Bellas Artes, yo estaba más que listo, el plan de salida era abrir mi maratón los primeros 5k a 5:15 por km, al km 10 modificar a 5:10 por km, al 15 modificar a 5:00 por km y al 20k acelerar a 4:50/km hasta llegar al 42k, esto me daba un sub 3:30 de marca, pero empecé a correr al balazo de salida los primeros kms llevaba el ritmo indicado pero al llegar al km 5 notaba como mi frecuencia cardiaca se iba por los cielos y el ritmo se me empezaba a caer gravemente, era muy lógico esto, porque al momento de hacer la planeación y por no tener experiencia en este mundo del fondismo, no sabía que había que ajustar los ritmos de competencia de acuerdo a la altura en la que vamos a competir, al tener la Ciudad de México 2400 m snm pues el mi VO2max iba a disminuir considerablemente, y por lo mismo no iba a poder aguantar los ritmos que hacía en Celaya a 1700 m snm, aparte de una mala carga de carbos e hidratación, pagué la novatez y el derecho de piso que cobra el maratón si no vas bien preparado.

En el km 18 prácticamente ya iba fundido y con mis primeros intentos de calambres y para el 21k me acalambré, era por el Auditorio Nacional, recuerdo que caminé un rato, me tomé un gel y seguí corriendo, para el km 25 que era dentro del bosque de Chapultepec me volví a acalambrar y me senté a recuperarme del calambre, seguí la carrera, en mi mentalidad nunca esta el abortar las misiones ni en el deporte ni en la vida, pero llegando al km 30 ahora sí, los calambres me tumbaron, se me acalambraron los dos chamorros y parte de la espalda, me quedé tirado en el piso, llegaron dos personas a ayudarme preguntándome si llamaban a la ambulancia, recuerdo muy bien a un señor ya grande de edad que pasó corriendo, iba también compitiendo y me grito “órale hijo de tu puta madre, párate, que tu eres más fuerte que esta chingadera“, y pues me dio en el amor propio y me levanté, de ahí en adelante como pude hice lo restante del recorrido entre caminando y corriendo, y por fin pude terminar el maratón llegando a Ciudad Universitaria, el saldo de ese recorrido 4:39:57 y una semana sin poder caminar.

Ese día aprendí que al maratón no se le falta al respeto, si vas bien preparado te trata bien y si no se las cobra todas, en el maratón no hay revanchas.